¿Oscuro?

Aunque soy una villana, me convertí en mamá (Novela) Capitulo 16

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Levanté mi mirada baja. Solo entonces vi su rostro en detalle. La realidad, que había estado oculta por el miedo, se fue despegando una por una.

 

Ojos sombríos como si no estuvieran durmiendo bien, mejillas hundidas, piel pálida espectral, labios azules y…

 

Una mirada precaria como si estuviera a punto de colapsar pronto.

 

“Laure…”.

 

Su voz se quebró.

 

“Laure, Laure… Por qué…”.

 

“…”.

 

“¿Por qué me dejaste?”.

 

Sus labios temblaron. No podía creerlo, incluso cuando ya estaba frente a mis ojos. Sus ojos azules que estaban llenos de emociones parecían ser una mentira.

 

Una gota de lágrima fluyó por la mejilla de Calix.

 

“¿Por qué, me abandonaste?”.

 

“…”.

 

“¿Por qué crees que tengo una aventura? ¿Pensaste que te iba a traicionar? Eso, eso…”.

 

“…”.

 

“¿Tiene sentido? ¡Como puedes…!”.

 

“Calix, yo…”

 

“¡¿Cómo no puedes confiar en mí?! ¡¿Cómo?!”.

 

Calix gritó.

 

Había una tormenta avecinándose en sus fríos ojos azules.

 

Con una profundidad insondable, se podía ver un mar lleno de todo tipo de emociones allí.

 

* * *

Calix podría dar su vida por Laure si ella quisiera.

 

Sin embargo, no quería morir mientras la buscaba.

 

Incluso si tiene que morir, morirá después de encontrarla.

 

Por eso, todavía no.

 

Él no puede morir todavía. Es más…

 

     “Tú lo sabes. El hecho de que soy el único que puede salvarte… ¿Vas a seguir rechazándome?”.

 

No hay forma de que caiga en los trucos de esa mujer.

 

Calix apretó el puño.

 

Casi luciendo como un cadáver, sólo sus ojos azulados brillaban claramente.

 

* * *

Al principio, Calix pensó que no le llevaría mucho tiempo encontrar a Laure.

 

Pero a medida que pasaba una semana, dos semanas y un mes, comenzó a ponerse excesivamente ansioso.

 

¿Qué pasa si continuamente no puedo encontrarla? A este ritmo, ¿y si la pierdo para siempre?

 

No. Eso no puede ser.

 

Apretó los brazos, reprimiendo su creciente ansiedad. Sus uñas perforaron agudamente su carne viva, resultando en una abrasión roja.

 

Era un hábito autoinfligido que había desarrollado después de la desaparición de Laure.

 

Gracias a esto, su brazo estaba moteado al punto que parecía como si hubiera sido mordido por un animal, o como un muñeco de trapo hecho a base de parches descuidados.

 

Incluso si aquellos preocupados por él lo alentaron a descansar, Calix solo pudo negar con la cabeza.

 

Ya han pasado tres días desde que no ha podido dormir.

 

Sus ojos estaban hundidos y su tez cenicienta. Está cansado del duro viaje y no tenía fuerzas en su cuerpo porque ni siquiera podía comer adecuadamente.

 

Sin embargo, Calix no podía descansar.

 

Para él, era una gran pérdida de tiempo irse a dormir y simplemente hundirse en un mar de olvido.

 

¿Qué pasaría si, qué pasaría si mientras él dormía, sus hombres encontraban una pista sobre su paradero y la pasaban por alto porque él estaba durmiendo tontamente?

 

¿Cómo podría atreverse a dormir cuando este tipo de pensamientos lo inquietan?

 

Sin embargo, tenerla en sus sueños tampoco estaba mal.

 

Aunque no estaba seguro de si era un sueño o una pesadilla. En sus sueños, Laure se reía encantadoramente mientras los pétalos de los cerezos en flor se esparcían por todas partes con el viento.

 

Y aunque lo sea, para él fue una pesadilla muy dulce.

 

Porque allí, pudo verla. Se alegró de echarle un vistazo.

 

Después de despertarse de sus sueños, siempre derramaba lágrimas. Se sentía tan feliz, tan enamorado, tan desesperado y sin esperanza.

 

‘Laure’.

 

Laure, Laure. Ha vivido de llamar ese nombre toda su vida.

 

A partir de algún momento, su mundo comenzó a girar en torno a ella. Ella era la gravedad, el sol y la luz que lo abraza. Sin Laure…

 

No tenía ganas de vivir ni por un solo momento.

 

Su mundo es sin color. Sentía que iba a secarse y morir.

 

“Calix, lo siento… No pude ayudarte… Siento no haber podido salvarlos… Estoy muy muy apenado…”.

 

Cuando perdió a sus padres en un accidente, Laure lo dijo abrazándolo con fuerza.

 

Por qué lo sentía, Calix no podía entender.

 

Él simplemente estuvo de acuerdo con ella. Porque es una persona compasiva, gentil y afectuosa, por lo que se siente responsable de las cosas que su poder ni siquiera comprende.

 

     “Lo siento, Calix”.

 

¿En qué estaba pensando entonces, abrazando a Laure sin comprender?

 

No hay mucho que recuerde. Porque durante esos tiempos, estaba muy conmocionado por la desesperación de perder a su propia familia. Y en esa oscuridad sombría, ella era su único rayo de luz.

 

Así que Calix Rochester, de diecisiete años, se aferró a la luz etérea de Laure Ecree.

 

     “Entonces, si lo haces… Por favor, quédate siempre a mi lado, Laure. No me abandones, no me dejes. Siempre”.

 

Lo dijo sin saber de qué estaba hablando. Solo porque no quiere perder esa luz.

 

En retrospectiva, fue a partir de entonces que comenzó a sentirse posesivo con Laure.

 

Quería ser el único en monopolizarla, y también esperaba que ella nunca apartara los ojos de él ni por un solo momento.

 

Cada vez que miraba a otro hombre o incluso hablaba con él, sentía que sus entrañas se estaban poniendo patas arriba.

 

Quería matar al tipo que atrapó su mirada, tomar a Laure y encerrarla en un lugar que nadie más conociera.

 

Si pudiera, quería etiquetar su corazón. Una etiqueta que demostrará que Laure es solo suya. Quería ponerle un grillete que no podrá quitarse para siempre.

 

Su amor por ella no era inocente y frágil. Era muy opresivo y vicioso. Tal vez era similar a la locura. No, puede que ya sea una locura.

 

Así que…

 

Entonces, si continúa así, él no puede encontrarla.

 

Si pasa un mes, un año o diez años sin ella…

 

Se volverá loco.

 

‘Si me jodo más que esto, no sé qué haré cuando te vuelva a ver’.

 

Así que por favor.

 

Por favor, no me rompas más que esto.

 

Calix suspiró y enterró su rostro entre sus manos.

 

En su visión oscura, la imagen de Laure apareció y desapareció repetidamente. Su voz sonó en su cabeza.

 

     “Por favor, sé feliz con ella”.

 

Calix se rió.

 

‘¿Qué quieres decir con “ella”? ¿Te creíste esa mierda? Eres la única para mí. No había nadie más que tú’.

 

Después de crecer y volverse bastante varonil, ha habido muchas mujeres que intentaron acercarse a él.

 

Las damas que solo necesitan un hombre para ser su amante por una noche, las cortesanas que están llenas de pensamientos de capturar y explotar al Gran Duque del Imperio.

 

A veces, incluso las damas nobles que lo adoran puramente.

 

Sin embargo, Calix no tenía ningún interés en ellas.

 

Incluso se preguntó si había algún problema consigo mismo. Incluso cuando las mujeres atractivas intentaron despertar su lujuria, en realidad, ni siquiera hubo una pequeña excitación.

 

Pero cada vez que ve a Laure…

 

Aunque Laure, que era dos años menor que él, no se cambia la pésima camiseta que le gusta adornar. Cada vez que ve su muñeca que está ligeramente expuesta debajo de los puños, su nuca esbelta y sus labios rosados febriles que están parcialmente abiertos…

 

Su interior hierve y se siente insoportable.

 

En lugar de besar su mejilla, quería enterrar su rostro en su clavícula y destrozarla.

 

Desarrolló y cultivó un autocontrol sobrehumano.

 

Se mordió los labios y presionó su deseo de codiciar al contenido de su corazón.

 

Porque podría sorprenderse y salir corriendo.

 

Ella ya le tenía miedo, y él todavía podía sentir cierta distancia de ella, no quería arruinar la relación que había hecho con dificultad. Todos sus esfuerzos no deben ser en vano.

 

Y porque Laure será su novia de todos modos. No había necesidad de apresurarse.

 

Con ese tipo de mentalidad, dos años han pasado pacientemente.

 

A la edad de veinte años, Laure floreció maravillosamente. Ella no parece conocerse a sí misma, pero cuando Laure sonríe suavemente, curvando los ojos, nueve de cada diez transeúntes recuperan el aliento.

 

Para aquellos matones que se acercaban y trataban de vislumbrar su belleza, el hecho de que Laure Ecree fuera la prometida del Gran Duque de Rochester no era muy importante.

 

‘¿No es solo un matrimonio político de todos modos?’.

 

Tales chismes también jugaron un papel. El Gran Duque Rochester dijo que era difícil sostener su mano. No parece que tengan una relación muy cercana.

 

Bastardos estúpidos.

 

Calix se burló de ellos.

 

La razón por la que le resulta difícil tocar a Laure es que no está seguro de poder controlarse.

 

Con solo agarrar un poco ese delgado hombro, no, incluso con solo mirarlo. Su paciencia siempre parecía llegar a su límite.

 

Pero distorsionarlo así fue muy escandaloso.

 

Calix sintió la necesidad de reclamar a Laure como suya.

 

Ya no podía tolerar ver a esos bastardos acercándose a ella. Fue insoportablemente desagradable. Sin conocer su lugar, cómo se atreven…

 

Así que se acercó a Laure y le tomó la mano. Besó la parte de atrás de ella, que llevaba guantes de encaje, la miró directamente a los ojos y preguntó.

 

     “Laure. ¿No vas a pasar la noche conmigo?”.

 

La mirada que hizo en ese momento.

 

No podía olvidarlo sin importar cuánto tiempo pasará. La mirada de sorpresa y seducción.

 

     “Tu petición, estoy dispuesta a aceptarla”.

 

La voz que finalmente respondió temblaba ligeramente.

 

En ese momento, pensó que era simplemente porque tenía miedo de tener su primera noche. Pero mirando hacia atrás, no parecía ser solo eso. Tiene una ansiedad indescriptible.

 

‘Laure, ¿de qué tienes tanto miedo?’.

 

No podía entender por qué ella no confiaba en mí. ¿Por qué pensó que yo la abandonaría, por qué asumió que la había traicionado y, como resultado, me dejó?

 

Tenía un dolor de cabeza palpitante. Calix condujo su cuerpo cansado al lugar donde estaba su maleta.

 

Sacó una pastilla para el dolor de cabeza y se la tragó, luego escuchó un golpe en la puerta. Lo miró y dijo:

 

“Adelante”.

 

“Sí, su excelencia”.

 

¡Clic!

 

Fue Tess Rhumbury, subcomandante de los caballeros de Calix, quien abrió la puerta.

 

Ella era su fiel caballero, pero no estaba contenta con este viaje; no, para ser exactos, estaba descontenta con la repentina partida de Laure.

 

Ocultando su fatiga, preguntó Calix.

 

“¿Qué pasa?”.

 

“He traído información del reino de Alona. ¿Quiere escucharla?”.

 

“No, déjalo. Lo leeré yo mismo”.

 

“Sí”.

 

Tess respondió amablemente y entregó los documentos. Pero antes de salir de la habitación, sus ojos estaban llenos de preocupaciones mientras miraba a Calix.

 

Tal vez incluso ira.

 

Aunque no se atrevía a expresarlo.

 

“¿Qué estás haciendo? Sal”.

 

“…Sí”.

 

Como súbdito que hizo el juramento de devoción de un caballero, se atreve a albergar sentimientos personales hacia su amo, que no debería, e incluso si lo hace, no podrá expresarlos por el resto de su vida.

 

Tess está resentida con Laure por abandonar a su amo y huir.

 

Mientras él la amaba tanto.

 

Mientras recibe un cariño desbordante e infinito.

 

Desde muy joven, desde que ingresó a la infantería, ya que todavía empuñaba un plumero y no una espada.

 

Tess sabía lo raro que era el afecto de Calix.

 

Sus fríos ojos azules eran amables solo cuando miraba a Laure Ecree.

 

…Su gracia era muy expresiva con sus sentimientos.

 

Entonces, ¿cómo podría ella no conocer su sinceridad?

 

Tess se mordió los labios con una expresión oscura.

 

Calix estaba concentrado en los papeles, sin mirar a Tess.

 

“…”.

 

Después de observarlo en silencio, Tess salió de la habitación sin un solo sonido.

 

Ha pasado un mes desde que se fue de viaje para encontrar a Laure Ecree.

 

 

 

 

Traducción: Dashy

Corrección: Sumi

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