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ME NIEGO A SER LA PROTAGONISTA – Capitulo 15

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—¿Esta es la muchacha que querías que viera hijo? —Pregunto la reina mirando a Lidia de pies a cabeza.

—Si madre, yo la he escogido a ella como mi prometida, es hermosa, gentil y amable, tiene un aura pura y armonioso, no hay nadie mejor que ella para ser mi prometida. —Dijo el príncipe, mientras que Lidia hacía una reverencia de respeto hacia la reina.

La reina miró el cabello blanco de Lidia y aquellos hermosos ojos azules, “Esta joven no parece ser alguien noble, pero debo admitir que es muy hermosa, da un aire de tranquilidad al mirarla” pensó la reina asintiendo con la cabeza antes de invitar a Lidia a sentarse.

—Entonces, hijo, ¿estás seguro de tu decisión? —Pregunto la reina, ignorando por completo lo que Lidia podría desear.

—Si madre, he conocido muchas jóvenes en mi vida, pero ninguna me hace sentir este sentimiento tan intenso que tengo por Lidia. —Respondió el príncipe mirando a Lidia sonrientemente.

La reina observó a Lidia y luego asintió con la cabeza en señal de aprobación.

—Bueno hijo, si tu deseo es casarte con esta joven, yo lo aprobaré sin problemas, pero antes tendrás que conseguirle una familia, acepte agregarla a su libro familiar para que por lo menos ella tenga un rango dentro de la nobleza, aparte tendrá que estudiar lo suficiente para ser apta de estar a tu lado. —Dijo la reina mientras se llevaba una taza de té a los labios.

—Claro madre, me encargaré de conseguir una buena familia para ella lo antes posible y buscaré los mejores profesores para que le enseñen lo que sea necesario.

—Bien querido, entonces señorita, ya sabe que tendrá mucho que aprender si quiere estar al lado de mi hijo. —Dijo la reina arrogantemente

Lidia miró a la reina sin decir una palabra, ya que sabía que la actitud de la reina podía ser mucho más severa que la del mismo príncipe “Ella siempre apoyara a su hijo, si me niego o voy en su contra de seguro me lastimará” pensó Lidia mientras seguía comiendo tranquilamente, el príncipe no quitaba su mirada de ella ni por un segundo mientras que esta disfrutaba la cena “Tendré que ganarme la confianza del príncipe, si logro que reduzca a los escoltas que me ha puesto seguro podré escapar rápidamente aunque… Dudo que pueda volver a la posada porque me encontraría nuevamente” pensó Lidia mientras comenzaba a pensar en cómo ganarse la confianza del príncipe para hacerle bajar la guardia con ella. Al terminar la cena, el príncipe acompaño a Lidia hasta su habitación, donde ella comenzó a pensar en un plan de acción para escapar de allí.

—Parece que ya se fue… Hah, tengo que ganarme la confianza del príncipe, será fácil, solo tendré que actuar un poco como la verdadera Lidia, ser tierna, sumisa, cariñosa y bondadosa, no mostrar ni una pizca de maldad en mí, parecer la mujer más ingenua y complaciente de todas, vestir de colores claros y demostrarle que él es importante para mí… Sí, será un sacrificio para mí, pero será fácil engañarlo. —Dijo Lidia acercándose a la ventana de su cuarto.

Lidia quería volver a la posada, volver a aquella vida tranquila y pacifica que había logrado tener antes de encontrarse con el príncipe, pero ella sabía que eso le sería imposible, fue por eso que decidió engañar al príncipe para escapar y marcharse lejos de la capital para que el príncipe nunca la pueda encontrar “Quiero ver a Cion una vez más, solo… Solo una vez más, él ha sido mi único amigo, no quiero alejarme de él, pero, pero es lo mejor para mantenerlo a salvo a él y a los demás” Lidia tomo el broche para el cabello que Cion le había regalado y sujetándolo con fuerza se fue a la cama a dormir.

A la mañana siguiente Lidia se levantó a primera hora de la mañana para arreglarse y esperar al príncipe “Tengo que sonreír, debo sonreír, vamos Lidia, tú puedes, si quieres salir de aquí debes saber sonreírle al loco del príncipe” pensó Lidia mientras se miraba al espejo y sonreía una y otra vez.

[Toc toc]

—Adelante. —Respondió Lidia viendo entrar al príncipe en su cuarto.

—Lidia, buen día, espero que durmieras bien anoche, he venido a tomar el desayuno contigo hoy. —Saludo el príncipe con una sonrisa en el rostro mientras caminaba hacia Lidia.

El príncipe camino hacia Lidia y parándose frente a ella, la miro a los ojos y sujetándola por los hombros la hizo voltear para que esta mirara el espejo “¿Qué hace?”.

—Mira, eres la mujer más hermosa del reino, eres mi prometida, la futura princesa del reino. —Dijo el príncipe mientras miraba le reflejo de Lidia en el espejo.

—Yo, yo no creo que sea suficiente para, para ser la prometida del príncipe, usted es, es el príncipe y yo, yo solo soy una plebeya que trabajaba en una posada, yo… No creo que pueda… —Lidia trato de hablar demostrando timidez e inseguridad copiando la personalidad de la protagonista original.

El príncipe, escuchando a Lidia hablar tan tímidamente, sintió su corazón acelerarse aún más de lo normal mientras que sus mejillas se sonrojaban.

—Lidia tú, tú eres perfecta, no te preocupes por nada, yo me encargaré de conseguirte una familia para que te adopte en su registro familiar y así poder presentarte ante todo el reino como mi prometida, te prometo que serás mi esposa. —Dijo el príncipe con una sonrisa confiada en su rostro.

—He… Sí, bien entiendo, entonces he… Vino a tomar el desayuno conmigo, ¿verdad? —Pregunto Lidia tratando de cambiar de tema.

El príncipe acarició la mejilla de Lidia y sonrió caminando hacia la mesa que estaba frente la ventana de la habitación “Espero que se vaya pronto” pensó Lidia mientras miraba al príncipe con una sonrisa.

—Su, su alteza, usted, usted, ¿realmente me quiere verdad? —Pregunto Lidia mordiendo su labio inferior, fingiendo vergüenza.

—Claro, eres la mujer más hermosa y delicada del reino, eres tierna, frágil y considerada, aquel día que te vi por primera vez quede completamente cautivado por ti, aún recuerdo como salvaste a esa pequeña niña de ser lastimada por el carruaje, fuiste tan valiente al salvarla. —Dijo el príncipe mientras extendía su mano sobre la mesa y tomaba la mano de Lidia.

Lidia sonrió al príncipe mientras desviaba la mirada, fue entonces que al mirar por la ventana pudo ver nuevamente a Cion fuera conversando con algunos caballeros “Cion ¿Por qué parece tan cansado? Él es alegre y extrovertido, es raro verlo tan tranquilo” pensó Lidia mirando a Cion.

—¿Sucede algo afuera Lidia? —Pregunto el príncipe al ver a Lidia mirando por la ventana.

—¡He! No, no claro que no, es solo que… —Lidia guardo silencio y puso su mano sobre la del príncipe acariciando, está con el pulgar.

—¿Qué? —Pregunto el príncipe sonrojándose.

—Los alrededores del palacio se ven tan hermosos, me gustaría poder recorrerlos, tomar algo de aire, pero, bueno, no he podido salir de este cuarto desde que llegue. —Dijo Lidia bajando la mirada de forma triste.

El príncipe al ver el actuar de Lidia y sintiendo la mano de ella sobre la de él no pudo evitar confiar “Es verdad, la he tenido encerrada aquí desde que llego, creo que podría dejarla salir si va con algunos escoltas” pensó el príncipe.

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